lunes, 28 de septiembre de 2009

...Y un día me animé a conocer a mis papás

Hola a todos,
Hacía mucho tiempo que no escribía. Han pasado muchas cosas desde entonces.
Desde que me di la vuelta y me coloqué en la posición buena para pasar al lado oscuro (oscuro porque no sabía que me esperaba al otro lado) no había ocurrido nada interesante. La cosa empezó a animarse el domingo 13 de Septiembre. Mi casa empezó a estrecharse y yo me quedaba sin aire. Mamá intentaba respirar profundamente y llenar la barriga de aire para que no me pasara nada malo. Se estrechaba y luego volvía a estar normal. Pasaba de vez en cuando. A mamá no le dolía mucho. Incluso ese día fueron con Pedro y Mamen a comer. Vaya susto le pegaron cuando le dijeron que estaban con contracciones. Pero apenas eran dolorosas y mamá sabía que todavía no había llegado el momento, así que podían comer tranquilos. Después de comer se fueron a casa a relajarse y a contar el tiempo que pasaba entre contracción y contracción. Como mucho era de 10 minutos. Conforme avanzaba la tarde se iban haciendo más dolorosas. Por la noche ya jodían bastante a mamá. La pobre estuvo sin dormir hasta las 3 de la mañana, hora en la que desaparecieron las contracciones. Vaya faena para papá y mamá. Ellos que pensaban que en unas pocas horas irían para el hospital y me conocerían. Nada, llegó el lunes y apenas tenía contracciones. A lo mejor una cada hora, luego cada media hora... Por la tarde se fueron a la Nueva Condomina a comprar alguna cosilla de última hora y a andar para que yo me animara a salir. La cosa empezó a animarse; ahora sí que empezaba a doler bastante y sucedían en menos de 10 minutos. Tuvieron que irse del centro comercial porque a mamá le costaba andar sin retorcerse de dolor. Qué agobio!! Yo cada vez estaba más estrecha y tenía menos aire. Menos mal que mamá intentó seguir los consejos de la matrona y llenar la panza de aire aunque le costaba mucho. A las 10 de la noche las contracciones eran ya cada 5 minutos. Mis papás empezaron a preparar todo lo necesario para ir al hospital: bolsos, duchica, papeles, etc. A la hora ya estaban listos para ir a la Arrixaca.
Cuando llegaron a Urgencias tuvieron que esperar bastante porque esa noche nos habíamos puesto de acuerdo muchos bebés para pasar al Lado Oscuro. Cuando la exploraron solo estaba dilatada de 2cm, pero a la ginecóloga le dio penica mandarla para casa y le pidió permiso para forzar el parto. Mamá estaba deseando conocerme así que se lo dio y la ingresaron en el hospital. Mamá pilló por lo menos una cama pero a papá le tocó un sillón chungo de hospital. A partir de ese momento las contracciones dolían que daban gusto. Y mamá pensando que era una superwoman y que iba a aguantar muy bien el dolor... Lo aguantó como podía, con ganas de echar las potas en cada contracción aunque al final aguantó sin echarlas, y sin poder dormir y levantándose al aseo con cada contracción, con lo que ni dormió ella ni papá ni los vecinos de al lado.
Por fin llegó la mañana del día siguiente. Mamá pensaba que nunca iba a llegar. Vinieron a por los papás que estaban en la cama de al lado y se los llevaron, pero nadie venía a ver a mamá, así que papá tuvo que hablar con unos señores y enseguida vinieron. Se la llevaron a monitores y le preguntaron que si quería epidural. ¡Por supuesto que quería epidural! ¡Bendita epidural! Tardó un rato en venir el anestesista. Era un tío muy simpático. Se la llevaron a otra sala y se la pusieron. A mamá no le dolió nada los pinchazos: primero le pusieron una anestesia, que picaba un poco y luego la epidural en si. Le dijo el anestesista que no se moviera, que iba a notar una sensación rara, pero no dolor. Y mamá que es una cazurra, cuando sintió que algo se hundía en la columna se movió. El tío le echó un puraco (pero de forma amable ¡) y mamá ya no se movió más. Y dejó de sentir dolor. Bueno, dejó de sentir dolor y las piernas y el culo. Cuando le pedían que se moviera tenía que sujetarse la pierna con las manos y moverla.
Serían las 11 o algo más tarde cuando le pusieron la epidural. La llevaron otra vez a monitores. Allí le tocó un matrón muy simpático llamado Jesús y también la vieron otras matronas muy majas también. Tuvo mucha suerte con el personal que le tocó.
Pero tras ponerle la epidural dejó de tener contracciones. Bufff, esto iba a ser largo, largo... Pusieron un chute de oxitocina. Las contracciones seguían siendo escasas. Así parecía que iban a pasar muchas horas hasta que pudieran conocerme.
Vino una tía de papá que trabaja de administrativa en la Arrixaca y consiguió colar a la abuela Mª Dolores para que se quedara con mamá y papá pudiera irse a comer, ya que la cosa iba para rato. La abuela Loles se quedó hablando con mamá hasta que regresó papá. Los abuelos Pepe y Juli fueron a llevar mientras al Sr. Java al campo ya que el pobre estaba encerrado en el piso desde que la abuela Juli lo sacó por la mañana a hacer pipí. Al poco de llegar papá de comer le hicieron una exploración a mamá y ... ¡sorpresa! Prácticamente estaba preparada ya para conocerme. Se ve que le habían dado otro chute de oxitocina para acelerar el proceso, y vaya si se aceleró. Papá ya podia verme el melón: ¡¡¡¡Estaba saliendo ya!!!!! Llevaron a mamá corriendo para el paritorio. A papá lo dejaron un momento fuera y si se descuida no le da tiempo a verme nacer. Pero lo llamaron a tiempo y mamá con 3 empujones me sacó fuera. Fui muy valiente y no lloré ni un poquito. Mamá se preguntó si era normal que no llorara pero sí. Sólo me quejaba. Me pusieron encima de mamá en cuanto nací liada en una sábana o algo así con mi cordón sin cortar. Mamá se emocionó mucho y se le saltaron las lágrimas de alegría. Yo estaba muy extrañada porque todo era nuevo para mi. Le preguntaron a papá que si quería cortar el cordón pero el muy cobarde no se atrevió. Nos echó un montón de fotos:

Esta foto fue justo en el momento en que me pusieron encima de mamá.
Luego me llevaron para limpiarme mientras que le sacaban la placenta a mamá y le daban unos puntillos de nada.
Después del paritorio nos llevaron a la sala de reanimación y allí nos tuvieron unas 2 horas. Por el camino conocí a mis abuelos maternos (los paternos habían ido a sacar al Sr. Java) Y luego nos llevaron a una habitación y allí conocí a mis abuelos paternos. Nos pusieron al lado de otra mujer que había dado a luz y que tenía unos familiares muyyyyyyyyyyyyyyy pesados. Nos dieron el día. Menos mal que al día siguiente se fue. Mamá y yo lo pasamos muy mal en el hospital porque hacía muchísimo calor junto con la gente muy pesada y que yo no sabía cogerme a su teta. Mamá llamaba a todas las enfermeras para que la ayudaran y cada una le decía una cosa diferente. Fueron todas muy simpáticas menos una, que encima de todo quería meterme un biberón con agua porque estaba un poco deshidratada. Le dijeron que era por la teta; y una mierrrrrrrrrrrrrrrrrrrrda: era del calor que hacía en el hospital, que parecía un infierno. Mamá me dio agua en una jeringuilla. Al final llamó una enfermera muy simpática que ayuda a las mujeres a dar pecho a sus bebés y la ayudó mucho. A partir de ahí me iba cogiendo medio bien. Entre esa enfermera y un día que Carmen, una amiga de mis padres fue a casa y también le echó una mano consiguió darme teta perfectamente y empecé a engordar un montón. Eso si, le destrocé las tetis a la pobre mamá. Tardaron un mes en recuperarse y encima no dejaba a mamá que se pusiera Purelan para curarlas porque no me gustaba. Pero ya se han recuperado.
Al día siguiente mandaron a mamá a casa. La noche anterior fue muy mala para los 3, para mis padres porque no los dejaba dormir y yo porque me la pasé entera llorando. La enfermera tonta decía que eran cólicos pero más bien era por hambre, que con el calostro no tenía ni para el hueco de la muela (aunque todavía no tenga ninguna muela, jejeje) Por la mañana dormimos mamá y yo un rato después de comer y cuando le dieron el alta nos fuimos para casa. Mamá se pensaba que la calle era el polo norte y me abrigó mucho. Me puse a llorar como loca, por supuesto; no me gusta nada el calor. Y cuando llegamos a casa conocí al Sr. Java. Estuvo muy pesado y se tiró un montón de días empinándose a la minicuna para verme pero ya se ha acostumbrado a mi y me quiere un montón.
Y esa fue mi llegada al mundo y como conocí a mis papás.